Cuando un cerco eléctrico se activa sin causa visible, se presentan falsas alarmas. Esto crea una atmósfera de inseguridad para los dueños. Puede ser señal de problemas en la instalación o insuficiente mantenimiento del sistema de seguridad automático.
Las disfunciones habituales derivan principalmente de dos factores: errores en la instalación, como una incorrecta puesta a tierra o el empleo de materiales no adecuados. Asimismo, la omisión del mantenimiento puede llevar al deterioro de los componentes. Esto incluye la intervención de factores externos, como exceso de vegetación.
Errores de instalación en cercos eléctricos
La activación inesperada de cercos eléctricos frecuentemente se debe a la instalación deficiente. Es imperativo destacar la importancia de una correcta implementación.
Mala instalación de la puesta a tierra
Una implementación inadecuada de la puesta a tierra compromete el cierre del circuito. Esto facilita la intrusión y amenaza la integridad de la seguridad perimetral. Un problema tal podría activar el cerco sin causa justificada.
Uso inadecuado de cables con doble aislamiento
La utilización equivocada de cables que carecen de doble aislamiento constituye una falla habitual. Estos cables son cruciales para prevenir pérdidas eléctricas y asegurar un desempeño eficiente del sistema. De no usarlos adecuadamente, el energizador podría fallar, mermado la eficacia del control de seguridad a distancia.
Problemas con los puentes entre líneas
Errores al establecer puentes entre líneas pueden activar el sistema sin razón aparente. Es esencial efectuar estos vínculos siguiendo las normativas técnicas precisas. Esto garantiza una operatividad óptima y fiable del aparato.
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Falta de mantenimiento en el cerco eléctrico
La activación indebida de un cerco eléctrico frecuentemente se origina por su falta de mantenimiento. La exposición a los elementos y el inevitable desgaste temporal pueden deteriorar los componentes críticos, como templadores, aisladores y cables. Esta situación conlleva a decrementos significativos en la eficiencia del sistema.
Deterioro de templadores o aisladores
Un problema central en el cercado electrificado es el deterioro de templadores o aisladores. Este fenómeno compromete gravemente la funcionalidad del sistema automatizado. Por lo tanto, la implementación de un régimen de mantenimiento preventivo resulta crucial. Su propósito es evitar que estos elementos se debiliten o fracturen, impidiendo así activaciones erróneas y menoscabando la efectividad del sistema defensivo perimetral.
Vegetación cerca del cerco eléctrico
La presencia de vegetación en las inmediaciones del cerco eléctrico representa otro factor problemático. Las plantas, al crecer libremente, pueden entrar en contacto con los cables y provocar alarmas falsas. Por ello, es fundamental mantener despejado el entorno del cerco como parte del mantenimiento preventivo. Esta práctica asegura el rendimiento óptimo del sistema, capital en la prevención de accesos no autorizados.
Corrosión en los cables del cerco eléctrico
La corrosión de los cables, inducida por condiciones climáticas hostiles, también puede desencadenar fallos en el sistema. La realización periódica de inspecciones y el cambio oportuno de componentes dañados son imprescindibles. De esta manera, se garantiza que el cerco eléctrico automático conserve su integridad y eficacia.
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